¿De quién es el derecho?

Lxs libaneses no son ajenos a la migración. Mientras que la diáspora libanesa se registra oficialmente en 4 millones de personas, algunas estimaciones no oficiales registran más de 14 millones de libaneses en todo el mundo. Más recientemente, como resultado directo de la crisis económica que se agravó tras la explosión del puerto de Beirut en agosto del 2020, se registró un aumento en esas salidas. 

La inflación ha aumentado constantemente en el Líbano en los últimos dos años, dejando la economía al borde del colapso. Las personas que cobran en liras han visto cómo sus salarios se reducen en un 90%, según las últimas estimaciones, debido a la devaluación de la moneda. Además, el país sigue sufriendo de escasez de combustible y medicamentos, cortes de electricidad y escasez de productos sanitarios, lo que deja a muchxs en una situación vulnerable. Sin embargo, mientras lxs libaneses(as) tratan de abandonar el país en busca de un futuro mejor, otros emigran al Líbano en busca de seguridad.  


Pero, ¿quiénes son estas personas?


Así como Líbano tiene una larga historia de emigración, también tiene una larga historia de recepción de ciudadanos de países vecinos, concretamente de Palestina y Siria. El Líbano acoge a la mayor población per cápita de personas refugiadas sirias del mundo, con una cifra oficial de 1,7 millones, aunque el recuento no oficial es mucho mayor. Por ello, el Líbano es sede de numerosas ONG, que prestan ayuda humanitaria a los más necesitados. Sin embargo, en los últimos años, a medida que las condiciones se han deteriorado en todo el país, estas ONG se han visto incapaces de hacer frente a la alta demanda, dejando atrás a una gran cantidad de personas. Estas son las personas a las que 26 Letters presta asistencia.

Desde hace seis años, 26 Letters ofrece ayuda humanitaria a las familias más vulnerables. Les proporcionamos recursos legales y financieros para que puedan costear sus servicios sanitarios básicos, alimentación y atención médica. Esto es especialmente crucial para las mujeres embarazadas a las que ayudamos, ya que hoy en día les cuesta 60 dólares acceder a las revisiones periódicas, 50 dólares las ecografías necesarias y 250 dólares dar a luz. Para poner esta situación en perspectiva, nuestra madre con mayor salario gana 30 dólares al mes, mientras que el salario mínimo en el país es de unos 25 dólares. 


Las leyes del Líbano no siempre son inclusivas. Por ejemplo, lxs ciudadanxs sirixs solo pueden trabajar legalmente en tres sectores: la construcción, la agricultura y la limpieza. Esto, junto con las pésimas condiciones económicas, ha hecho que aumente el número de personas sirias que viven por debajo del límite de la pobreza. En el 2020, un alarmante 89% de las personas sirias en el Líbano vivían por debajo del nivel de pobreza, en comparación con el 55% en 2019. En este mismo período, el porcentaje de niñxs de entre 5 y 17 años que se dedican al trabajo infantil casi se duplicó, mientras que muchos se vieron víctimas de políticas discriminatorias que les impidieron matricularse en la escuela.         

Este es el segundo caso en el que interviene 26 Letters. Fundada originalmente solo para enseñar inglés como segunda lengua, 26 Letters se ha convertido ahora en una escuela que enseña inglés, matemáticas y educación cívica a más de 120 niñxs de forma gratuita. Nos aseguramos de que se cumpla su derecho básico a la educación, ofreciéndoles un plan de estudios inclusivo que pretende darles las herramientas para ser personas adultas exitosas, sea cual sea la forma en que decidan definir el éxito. 


La situación actual en el Líbano es difícil para todxs, independientemente de su estatus. Las condiciones descritas anteriormente son solo una muestra de lo que nuestrxs estudiantes y sus familias tienen que aguantar. Nuestra misión, ayudar a nuestros estudiantes y sus familias a llevar una vida digna en la que se cumplan sus derechos humanos básicos, es más fundamental que nunca. 

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Pero, a cambio de que?