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Ali, Hussein y Aileen viven en Siria, donde la educación es un lujo que no todos pueden permitirse. Por sólo 100 euros al mes puedes asegurar que estos tres hermanos tengan la oportunidad de asistir al colegio.

Fátima ha sobrevivido a la guerra dos veces, pero esta vez la batalla es contra el hambre y la desesperación. Con seis niños pequeños que dependen de ella y un marido que gana solo 40 dólares al mes, incluso las necesidades más básicas (comida, medicinas, abrigo) están fuera de su alcance. Ninguna madre debería tener que decirle a sus hijos que no hay nada para comer.

“Tengo seis hijos y estoy completamente desesperada. Me siento atrapada, sin ningún lugar al que poder ir. Vivir aquí es imposible, es difícil explicar con palabras la desesperación que siento. Estoy perdida. No sé qué hacer.”

Hanna y su esposo trabajan incansablemente, pero no pueden pagar la educación de sus hijos. Su hijo Youssef no pudo ir a la escuela este año y la matrícula de Maria sigue sin estar pagada. Han sobrevivido a guerras y hambre, pero lo único que piden es un futuro para sus hijos.

“Hoy he terminado la secundaria.”

Khatoun ha luchado incansablemente para llegar tan lejos y ahora se enfrenta la incertidumbre de poder pagar la universidad. ¡Ayúdala a estudiar Ciencias de laboratorio médico y a convertirse en la primera persona de su familia en asistir a la universidad!

La guerra nos lo ha robado todo. La ceguera de mi marido le inpide encontrar trabajo y nuestros tres hijos nunca han tenido la oportunidad de ir a la escuela. El alquiler, la comida y las necesidades básicas están fuera de nuestro alcance. No lo sobreviviremos sin ayuda. Por favor, si puedes, ayúdanos a sobrevivir.

Fátima, una sobreviviente de la guerra siria de 45 años, necesita ayuda urgentemente. Tiene múltiples bultos en el pecho y necesita someterse a una cirugía que le salvará la vida pero que cuesta 400 dólares, una cantidad que simplemente no puede permitirse. Ayuda a Fátima a luchar por su vida.

Con el alto el fuego, Ali regresó, no a una casa, sino a ruinas. Las paredes reducidas a escombros, los recuerdos enterrados bajo el polvo. Aun así, no tuvo más opción que quedarse, alquilando un pequeño lugar en la misma zona devastada. Ali está desesperado. No tiene trabajo, ni ahorros, ni nadie a quien recurrir. Si estás en Beirut, cualquier ayuda (comida, agua, productos de limpieza) puede marcar la diferencia.

Cada mes es una batalla de decisiones. ¿Qué factura pagamos? ¿Qué comida nos saltamos? Mis hijos tienen hambre, pero nos vemos obligados a reducir las comidas.

Por favor, ayúdanos.

Mis dos hijos trabajan para mantenernos con vida mientras mi marido lucha contra la enfermedad. Los sueños de una vida mejor se han desvanecido mientras luchamos por sobrevivir. No hemos pagado el alquiler en seis meses y pronto nos veremos obligados a marcharnos. Por favor, ayúdanos a conservar nuestro hogar.

Me digo a mí misma que no es mi culpa.

He trabajado tanto, he hecho todo lo que he podido. Fue la guerra la que les robó el futuro, no yo. Y sin embargo, como madre, la culpa me hunde. No importa cuánto luche, siento que les estoy fallando. Pido vuestra ayuda, no para mí, sino para mis hijos. Para sus sueños, para su hambre, para su derecho a vivir una infancia libre de sufrimiento.

La somatropina solía costar alrededor de 10 dólares en el Líbano. Ahora cuesta $260. Y Fátima no puede permitírselo. La hija de Fátima tiene un crecimiento deficiente debido a una deficiencia de la hormona del crecimiento que es tratable pero que, ahora, está fuera de su alcance.

“Mi hija nació con una afección ocular grave y, a pesar de nuestros esfuerzos desesperados por encontrar la mejor atención médica, ahora está ciega.

Hemos acumulado una deuda de 300 dólares tratando de ayudarla y no podemos pagarla. Nos aterra lo que podría pasar si no podemos saldar la deuda.”

Samia, una madre siria de tres hijos, vive en condiciones inhumanas en el Líbano. Su marido está lesionado y sus hijos sufren asma debido a la humedad de su hogar. No pueden pagar el alquiler, la comida ni los 1.000 dólares necesarios para enviar a sus hijos a la escuela. Samia pide ayuda para garantizar que sus hijos puedan recibir una educación y la oportunidad de un futuro mejor.

Llevamos meses de retraso y el propietario nos está desalojando. Mis hijos ya han perdido mucho: escuela, ropa e incluso comidas regulares. Ahora, están al borde de perder el único techo que tienen sobre sus cabezas.

Por favor, ayúdanos a darles a mis hijos la oportunidad de conservar lo poco de lo que aún tienen.

"Quiero salvar a mi bebé de deformaciones".

Amina está embarazada de un bebé a quien le han diagnosticado hidrocefalia, una enfermedad que puede provocar graves problemas de desarrollo y que requiere visitas médicas frecuentes para controlar su salud y la de Amina. Ella no puede costear la atención médica necesaria. Tu apoyo podría darle a su bebé la oportunidad de vivir.

Khaled se enfrenta a la dura realidad de la supervivencia en un Líbano desgarrado por la guerra. Cada día sale a trabajar como limpiador. Sus ingresos apenas cubren el coste de la comida y la lucha por mantener a su familia se ha vuelto insoportable. Khaled anhela algo sencillo: un plato de comida para sus hijos todos los días.

"Ahora tengo 4 niñas sin dinero, ni pañales, ni la posibilidad de llevarlas a la escuela. Cada niña quiere ir al cole, y cuesta 25 dólares cada una. Mi hija menor tiene solo 30 días y no puedo conseguirle leche ni pañales. Necesito un poco de ayuda para comprar pañales, leche y para que mis niñas vayan a la escuela. Necesito ayuda para que puedan seguir viviendo".

La esposa de mi hijo dio a luz recientemente y fue un parto complicado; casi la perdemos. Para salvar su vida, mi hijo tuvo que pedir dinero prestado para cubrir las facturas del hospital. Ahora tiene una deuda de 90 dólares. Sé cómo crecen estas deudas, cómo se salen de control. Por favor, evita que mi hijo acabe sumido en una deuda impagable.

Saad y Dawad, hijos de refugiados sirios, nacieron en el Líbano. Sus padres sacrificaron todo para darles una educación, incluso cuando la guerra y la pobreza acabaron con sus sueños. Ahora, el aumento de las tasas escolares corre el riesgo de detener su camino. Sé la esperanza que necesitan. Ayúdalos a continuar con su educación.

Nuestro alquiler de 200 dólares al mes se volvió imposible de pagar y, finalmente, nos obligaron a marcharnos. Ahora, vivimos en la calle, sin nada más que la ropa que llevamos puesta. Me siento impotente como padre y marido, incapaz de brindar la seguridad y la estabilidad que mi familia necesita.

Fatimah sueña con completar su educación y darle a su madre una vida mejor. Su familia vive en un campo de refugiados y lucha a diario para cubrir sus necesidades básicas. A pesar de sus desafíos, Fatimah está decidida a cambiar su futuro a través de la educación. Ayúdala a continuar sus estudios.

Mis hijos tienen hambre. Mi marido y yo lo hemos intentado todo, pero sin trabajo, no hay nada que podamos hacer. El peso de sus estómagos vacíos me está destrozando. Veo sus ojos, cansados ​​y vacíos, y temo que el hambre se los lleve a todos.

No sé a dónde acudir. Por favor, si puedes, ayúdanos. Ayúdame a mantener con vida a mis hijos.

Me llamo Ahmad y vivo en una pequeña habitación con mi familia. A menudo nos quedamos sin comida, medicinas y artículos de primera necesidad. Me niego a condenar a mis hijos a una vida de sufrimiento. Necesito ayuda para alimentarlos y asegurarme de que puedan continuar con su educación. Por favor, ayúdame.

La semana pasada, mi hija mayor cumplió años. Me pidió una fiesta, una tarta. Salimos y ella señaló una panadería, esperando que dijera que sí. Siempre, le digo: “Mañana, lo celebraremos mañana”. Pero sé que “mañana” es una promesa que no puedo cumplir. Ni siquiera puedo darles agua limpia para beber. Por favor, ayudadme a ser el padre que necesitan.

Cada día, sus hijos pierden peso y sus cuerpos sucumben a la anemia provocada por la desnutrición. En medio de la guerra, el esfuerzo y la perseverancia no ponen comida en la mesa. Lo que puede alimentar a sus hijos ahora no es el trabajo, sino la bondad. Sus hijos tienen hambre y el tiempo se acaba. Por favor, ayuda a Haldi a comprar comida.

Soy la primera de mi familia en llegar a la universidad. Pero ahora no puedo pagarla. Sé lo que sucede sin una educación. Lo he visto. No quiero la misma vida que mi madre. Quiero trabajar, ser alguien que pueda ayudar a mi familia y asegurarme de que tengamos suficiente para comer.

Amal está agotada. La enfermedad se llevó su hogar y la guerra su refugio. Ahora, con su familia en las calles de Beirut, se aferra a los sueños de sus hijos, sueños que teme vayan a desvanecerse ante las bombas y el hambre. Ayuda a Amal a encontrar un hogar y a mantener viva la esperanza.

La familia de Jamila sobrevive mendigando, vendiendo pañuelos y recogiendo basura. Desde que su casa quedó destruida en una explosión el 25 de septiembre, ha estado viviendo en la calle con sus cinco hijos. Pronto se enfrentará a un duro invierno sin ningún lugar adonde ir. Ayuda a Jamila y a sus hijos a encontrar un hogar seguro.

Jamila tiene 60 años y se encuentra sin hogar después de que su vecindario en Dahie fuera atacado. No tiene ningún lugar seguro al que ir, su salud es frágil y su situación se vuelve más urgente cada día. Por favor, ayúdanos a sacar a Jamila de la calle y llevarla a un hogar seguro.

Rana está atrapada una vez más en las garras de la guerra. Ahora, las bombas israelíes sacuden Beirut cada noche. Su mayor temor no es por ella misma, sino por sus hijos. Habiendo vivido una guerra, conoce sus consecuencias y está desesperada por protegerlos de sus horrores. Ayúdala a escapar a Siria.

La última noche en Beirut fue aterradora. Sentíamos las bombas tan cerca, mis hijos lloraban y me preguntaban: “Mamá, ¿vamos a morir?”. En ese momento, lo supe: si nos quedábamos, no vamos a sobrevivir. Nos fuimos esa noche sin nada. Ahora, en Siria, no tenemos casa, ni trabajo, ni pertenencias.

Susan vive en Tiro, al sur del Líbano, pero su historia ya había dado un giro trágico mucho antes de que las bombas comenzaran a caer sobre la ciudad donde vive. Su marido la abandonó, se llevó el poco dinero que tenían. Ahora no puede pagar para dar a luz a su bebé de forma segura.

Bassel vive con su esposa, su hijo, su madre, su hermana y sus dos hijas. No han podido pagar su alquiler de $300 durante dos meses y ahora se enfrentan al desalojo. Bassel teme que se verán obligados a vivir en la calle. ¡Por favor, ayúdenlos!

¿Qué harías si tuvieras 9 hijos y un salario de 200$? Esto es a lo que se enfrenta la familia de Sabah. Su salario va en su mayoría a pagar el alquiler, lo que les deja muy poco dinero para comer. Ayúdales a poder comprar comida!

Abdel vive con sus padres y tres hermanos en el Líbano, donde trabaja como conserje y gana apenas 40 dólares al mes. Como sus padres están demasiado enfermos para trabajar, Abdel lucha por sacar adelante a su familia. Ni siquiera pueden comprar una bombona de gas para cocinar. Cualquier ayuda que puedas ofrecerles significaría mucho para ellos.

Los hijos de Fatima necesitan urgentemente suplementos nutricionales. Su salud se está deteriorando debido a la falta de alimentos. Cubrir su alquiler y la electricidad de 200 dólares los está dejando sin dinero para comprar comida. Ayuda a Fatima alimentar a sus hijos.

El marido de Najua no puede encontrar trabajo. Ahora, ambos cantan en la calle todos los días para poder cuidar a sus dos hijas y de su madre enferma. Halak y Habla son demasiado pequeñas para entender por qué no pudieron ir a la escuela este año.

Um Hamid huyó de una guerra sólo para encontrarse en medio de otra. Rehizo su vida en un nuevo país, tuvo cinco hijos y se aferró a la esperanza. Ahora, la guerra ha regresado y la ha dejado atrapada, hambrienta y desesperada. Sin salida, se enfrenta a un futuro lleno de incertidumbre y miedo. ¡Ayuda a Um Hamid a sobrevivir!

¡Tu apoyo puede salvarle la vida!

“Mi hija de 15 años está luchando contra el linfoma de Hodgkin, un cáncer que afecta sus ganglios linfáticos. necesita controles periódicos en el hospital. Necesitamos desesperadamente ayuda. Por favor, ¿puedes ayudarnos?”

"Mi abuelo está enfermo y necesita medicamentos. Los medicamentos son caros y tenemos que comprarlos nosotros mismos. ¿Podéis ayudarnos? Tiene trombosis venosa profunda, una afección en la que se forman coágulos de sangre en las venas, generalmente en las piernas, causando dolor e hinchazón.”

“Se supone que ahora debo pasar a cuarto de la ESO. Al menos eso es lo que espero. Quiero continuar mis estudios. No quiero dejar la escuela. Sueño con estudiar en la universidad en el futuro y espero que alguien me ayude.”

Amina, la madre de Sham, lucha contra problemas sinusales que afectan su respiración y necesita con urgencia una cirugía sinusal. El informe del médico indica la presencia de pólipos, sinusitis crónica e inflamación que afecta diversas áreas. Ayuda a Amina a encontrarse mejor.

“Nuestros padres son muy abusivos, especialmente hacia mí y mi hermana menor. Todos nos tratan de manera diferente. Nos insultan y nos pegan casi a diario. Mi hermana menor tiene ataques de pánico, pero nuestros padres no entienden y siempre la acusan de fingir o la gritan. Es difícil quedarse en casa.”

Suruq está estudiando psicología. A pesar de los esfuerzos de su familia, ya no pueden permitirse su educación. Su madre, desesperada por ver a su hija triunfar, pide ayuda para garantizar que los sueños y el futuro de Suruq no lleguen a su fin. Con vuestro apoyo, Suruq puede lograr su objetivo y crear una vida mejor para ella y su familia.

“Nuestro hijo Youssef sufre de talasemia, lo que le provoca anemia crónica. Existen medicamentos que podrían mejorar enormemente su bienestar, pero están fuera de nuestras posibilidades económicas. Te rogamos, por favor, ayúdanos si puedes.”

Alrededor del 80% de los libaneses viven en la pobreza, y Mariam se encuentra entre ellos. Mariam lucha contra el asma y las alergias, lo que le dificulta la respiración. Desde la muerte de su marido este año, está sola. Tu apoyo puede ayudarla a acceder a los medicamentos esenciales que necesita con urgencia.

Como mujer trans, teme por su vida debido a la creciente violencia contra la comunidad LGTBQIA+. Y con su madre luchando contra el cáncer, se encuentra en una situación desesperada. Volvió a vestirse ropa de hombre para buscar trabajo y apoyar el tratamiento de su madre, pero no hay trabajo en el Líbano.

“Mi familia y yo vivimos en la casa de mi hermana. Tienen solo una habitación y una sala de estar, y nos dejan quedarnos en la habitación, pero no tiene puerta ni electricidad. La habitación es húmeda y está helada en invierno.”

Hussein y su familia están a punto de quedarse sin hogar después de que gastos médicos inesperados los dejaran sin poder pagar el alquiler; necesitan ayuda urgentemente para evitar el desalojo.

Mahmoud y Maya sufren dolores debido a caries sin tratar. La pobreza hace que les resulte difícil acceder a productos de higiene esenciales como la pasta de dientes. Ayúdalos a ir al dentista.

“Al intentar mantener a nuestra familia, hemos ido acumulado muchas deudas. Y ahora no podemos pagarlas y no podemos pagar el alquiler, la electricidad, el agua... Ni siquiera tenemos Internet.”

“No quiero que mis hijas se queden atrapadas en casa como yo”.

La madre de Sirine y Fátima quiere que sus hijas vayan a la escuela, pero no puede pagar la matrícula. ¡Ayúdala a inscribirlas en la escuela el próximo año escolar!

“Hemos tenido que hacer muchos sacrificios solo para sobrevivir: vivir en una habitación, saltarnos las visitas al médico, renunciar al agua potable y vivir sin electricidad.

Todas las tardes, me siento en la oscuridad en casa, sintiéndome abrumada e impotente. Me siento muy sola. Estoy enfadada y cansada.”

Ahmad, que huyó de la guerra cuando era niño, encontró consuelo en el Líbano, estudiando de noche y trabajando de día para mantener a su familia. Ahora está solo y atrapado de nuevo por el conflicto, envía casi todo lo que gana para ayudar a sus seres queridos a sobrevivir en Siria. Por primera vez, Ahmad nos ha pedido ayuda para poder sobrevivir.

“Sueño con volver a Siria. Sueño con nuestra casa en el campo. Pero ya no hay vuelta atrás, ya no tenemos un hogar. Estoy exhausta, Por favor, quien lea esto, por favor, te lo ruego, ¡ayúdanos!”

“Cada noche la ansiedad me come, pensando en cómo voy a mantener a mi familia, qué les voy a dar de comer mañana. Esto no es vida pero tengo que seguir adelante por mis hijos. No sé qué hacer, no sé a dónde ir.”

Taiba huyó de la guerra una vez y, ahora, se ve atrapada en otra guerra. Viuda y criando sola a tres hijos, escapó de los intensos bombardeos en Beirut y buscó refugio con familiares en Khalde. Sin hogar en Siria ni trabajo en el Líbano, la única esperanza de Taiba para alimentarlos y cuidarlos ahora depende del apoyo de otros.

Ahmed necesita urgentemente una nueva batería para su marcapasos. Sin ella, su salud corre grave riesgo. Ayúdelo a conseguir la cirugía que necesita para salvarle la vida y seguir manteniendo a su familia.

“Compartimos nuestro apartamento con la familia de mi hermana. Mi hija está enferma y no puedo ayudarla. A veces pasamos días sin comer porque no tenemos nada... La situación me ha causado depresión, mi cuerpo ya no aguanta más el estrés. “

“Me convertí en madre a los 16 años... Tuve que crecer muy rápido. Nuestro hijo pequeño tiene 6 años y el más mayor tiene 13 años. Son jóvenes y merecen una vida mejor. Puedo aceptar esta vida para mí, pero no para mis hijos.“

“Mi marido ha muerto y tengo tres hijos pequeños. Vendo clínex en la calle, intentando conseguir algo de dinero para alimentar a mis hijos. Nuestra casa en Siria fue bombardeada durante la guerra, así que que no tenemos otro lugar al que ir.”

El pequeño Yahya sufre síntomas del tracto urinario inferior y necesita urgentemente una cirugía, que cuesta 600 dólares. Los médicos subrayan la necesidad de una operación urgente para aliviar su estado. Tu apoyo puede marcar una diferencia crucial a la hora de brindar la atención médica necesaria a Yahya.

Saha está soportando condiciones de vida increíblemente duras. Su apartamento de una habitación tiene goteras en el techo y humedad que se filtra a través de las paredes. La situación es desesperada: falta comida y ropa de invierno y los niños están siempre enfermos por el frío y la humedad de la casa.

"No pedimos lujos ni extravagancias. Lo único que buscamos es una mano amiga para poner comida en nuestra mesa. No importa cuantas comidas sacrifique para que mis hijos puedan comer, es siempre una lucha constante, apenas tenemos suficiente comida para asegurarnos de que coman una vez al día."

“La guerra nos lo arrebató todo. Nuestra casa, nuestras pertenencias, pero no nos quitó la esperanza. Pensábamos que estaríamos a salvo en el Líbano. Creíamos que nuestros hijos tendrían mejores oportunidades al vivir aquí. Ya no tengo esperanza. Estoy cansada de luchar por una vida mejor, una vida que nunca llega.“

"Tengo una infección en el oído interno y el doctor sospecha que podría tener anemia y falta de vitaminas esenciales debido a una mala nutrición. Hace un mes que el médico me recomendó hacerme estas pruebas, pero no he podido hacer nada porque simplemente no puedo pagarlas."

Nazira vive sola con su hijo, que tiene epilepsia. Aunque los medicamentos para la epilepsia pueden prevenir sus ataques, no pueden permitírselos. En el Líbano, el costo de la vida se ha disparado, volviéndose casi imposible sobrevivir sin endeudarse.

Estoy pidiendo vuestra ayuda para poder ir a la universidad y cambiar el futuro que tengo por delante. Quiero estudiar, trabajar y ayudar a mi familia a vivir en mejores condiciones, pero todo comienza con obtener una educación. Por favor, ayudadme a hacer esto posible.

“No puedo permitirme pagar la escuela de mis hijos, por eso no pueden ir. A veces me piden comida, pero no puedo comprarla, ni siquiera pan. Ha pasado un año desde la última vez que mis hijos comieron fruta.”

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La familia de Jumaa se enfrenta a la guerra y a una deuda creciente de 2000$ tras la operación de la madre de Jumaa. Viven en una habitación diminuta con sus siete hijos, y hace poco los echaron de su casa. Pasaron 3 noches en la calle antes de que les permitieran volver. Su miedo es constante: al desalojo, a las bombas, al hambre. Están desesperados y necesitan ayuda urgente.

La vida de Rita ha sido dura, con oportunidades perdidas y sueños rotos, y ahora tiene miedo de que sus hijos se enfrenten a lo mismo. Espera desesperadamente un futuro mejor para ellos, donde puedan lograr lo que ella no pudo.

Cuido de mis dos hijos, Nasser y Lujain, yo sola. Tuve que sacar a mis hijos de la escuela porque no podía pagarla y ahora estoy desesperada porque no tengo suficiente comida para alimentarlos. Y ahora, con la situación. No hacemos más que huir de guerras y ahora no tenemos a dónde ir.

Mahmoud trabaja como obrero de la construcción y gana 7 dólares al día. Trabaja de 2 a 3 días a la semana. Con su salario no está pudiendo alimentar adecuadamente a sus 3 hijos. Está muy preocupado por el impacto que una mala nutrición puede tener en la salud de sus hijos.

Viuda y enferma, Wafa trabaja incansablemente por apenas 50 dólares al mes para alimentar a sus dos hijas. Ahora, se enfrenta al desalojo a menos que pueda pagar 40 dólares de alquiler. Sin ningún otro lugar a dónde ir, la playa podría ser su único refugio. Ayuda a Wafa a mantener a sus hijas a salvo bajo un techo.

“La guerra ha llegado, otra vez. Estamos desesperados, cansados y derrotados. Sobrevivimos una vez, pero no puedo hacerlo de nuevo. Estoy exhausta. Seguimos luchando para sobrevivir y nunca termina. ¿Qué clase de vida es ésta?

Si alguien está escuchando, por favor ayúdanos. Gracias.”

La familia de Aya ya ha afrontado muchas cosas. Huyeron de la guerra en Siria, pero se encontraron en otra. Están tratando de hacer frente a los bombardeos constantes y al miedo de perder su hogar. No pueden regresar a Siria y el estrés es abrumador. Pero tienen hijos, así que rendirse no es una opción.

Viven en una zona amenazada de ataque, paralizados por el miedo a lo que pueda suceder. Sin ningún lugar al que huir ni nadie a quien recurrir, la familia de Aruba necesita ayuda desesperadamente. Tu apoyo puede brindarles el alivio que necesitan con tanta urgencia.

Jaula se enfrenta cada día a la desgarradora realidad de no poder alimentar ni cuidar a sus hijos. Está luchando contra un cáncer metastásico y no puede permitirse el medicamento que podrían salvarle la vida.

“Me rompí la pierna y durante la cirugía para arreglarla algo salió mal. Ahora no puedo caminar y me duele mucho. Le debo al hospital $1500 por la cirugía de la pierna. No puedo trabajar, así que no puedo pagarlo. Estoy perdido y no sé que hacer.”
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Ahed sueña con que un día su hijo pueda volver al colegio y convertirse en doctor, tal y como soñaban los dos. Con la situación en el Líbano Ahed tuvo que ver cómo su hijo dejaba sus estudios para poder ayudar en casa. Desde que murió su marido, ha tenido que sacar adelante a su familia sola y el no poder hacerlo la ha roto el corazón.

Su marido los abandonó. Para proteger a sus hijos de la dura verdad, les dijo que intentó regresar a Siria en busca de empleo, pero que desde entonces no ha podido comunicarse con ellos. Los niños desconocen las circunstancias y por eso les mantendremos en el anonimato.

"Perdimos nuestra casa en Aleppo. Tuvimos que huir al Líbano y reconstruir nuestra vida. Esperábamos que las cosas fueran mejor aquí, pero la paz nunca dura.

Tengo dos hijas y un niño. Mi hijo todavía es un bebé y necesita leche, pero no puedo pagarla. Por favor, ayúdame”.

Somos tres familias que vivimos juntas en una pequeña casa de dos habitaciones y un salón. La responsabilidad del alquiler, la luz y los gastos recae en mi padre y en mí. Después de pagar el alquiler, nos quedan sólo 50 dólares para comprar comida y pagar la electricidad. La situación es desafiante y me siento asfixiado.

"Venir al Líbano fue difícil, pero después de tener a mis hijos, la vida pareció mejorar. Me sentí feliz. Luego, la economía del Líbano se desplomó y el racismo contra los sirios se hizo más fuerte. Nos hundimos en la pobreza. Ahora, la guerra ha llegado al Líbano."

"Puedo soportar el hambre, la sed y las duras condiciones de vida, pero ver sufrir a mis hijos es insoportable. Han crecido tan rápido en los últimos años y me niego a aceptar esta vida para ellos. Por favor, te lo ruego, ayúdame a darles una vida mejor".

Jamila estaba preparando arroz para la comida cuando sonó su teléfono. La llamada le advertía de un inminente ataque israelí en su zona. Tomó a sus hijos y corrió, pero regresó después de unas horas porque no tenía otro lugar a donde ir. No tenía dinero. No tenía escapatoria.

Si pudiera permitírmelo, enviaría a mi mujer y a mis hijos a Siria para mantenerlos a salvo, pero no tenemos suficiente dinero ni siquiera para el alquiler aquí, y mucho menos para volver y empezar de nuevo allí. Por la noche, el sonido de las bombas que caen aterroriza a mis hijos. Me preguntan si nuestra casa será atacada y no tengo una respuesta.

Sayad tiene 5 hijos y están en una situación desesperada, sin otro lugar a dónde ir, su única opción es tratar de sobrevivir en el Líbano, pero ¿a qué coste? Sayad se preocupa por el tipo de futuro que tendrán sus hijos y se siente impotente, incapaz de hacer nada para ofrecerles la vida que se merecen.

Vivíamos en el campo de refugiados hasta que los ataques nos obligaron a abandonar nuestra casa. Ahora mi mujer, mis cuatro hijos y yo dormimos en la calle. Mi hermano sobrevivió a la guerra, pero no pudo sobrevivir al terremoto. Dejó atrás a su mujer y tres hijos. Ya no puedo mantener a su familia. Ni siquiera puedo dar un techo a mis hijos.

Estamos en guerra. La vida es más fácil cuando crees que tienes opciones. Yo solía pensar que me sentiría mejor, que encontraría un trabajo más tranquilo y ayudaría a mis hijas, pero con una guerra no hay opciones, no hay esperanza para el futuro. No sé qué hacer. No sé cómo arreglar las cosas. No sé si vamos a sobrevivir.

El padre de Aya se fue de Beirut con la esperanza de llegar a Europa y ofrecerle a su familia una vida mejor. Pero nunca lo logró. En Beirut, la madre de Aya se enfrentó a una elección propia. Con la guerra acercándose, huyó con sus hijos a Siria, buscando seguridad. La guerra los separó. Un padre perdido y una madre atrapada. La madre de Aya necesita ayuda para darles a sus hijos una oportunidad de sobrevivir.

Mariam es libanesa. No hace mucho tiempo, su vida era como cualquier otra. Pero hoy, vive sin electricidad y lucha por encontrar comida mientras ve cómo su país se hunde en la guerra. Sin ingresos, se ven obligados a sobrevivir en el hogar donde Mariam crió a su familia, ahora atados por la pobreza y el miedo. Mariam sólo pide medicamentos, comida y mantas para mantener a su familia abrigada.

Ninguna esperanza puede resistir dos guerras. Rasha no puede regresar a Siria; allí no queda nada para ella. No le queda otra opción que quedarse, aguantar y luchar por su familia. Pero el hambre, silenciosa e implacable, amenaza con llevárselos antes de que lo haga la guerra. Necesita encontrar una manera, cualquier manera, de alimentar a sus hijos.

Cada noche, la familia de Samia y Sirine se aferra a la esperanza mientras las bombas caen a su alrededor en Dahie, el barrio más atacado de Beirut. Su única posibilidad de escapar está al otro lado de la frontera con Siria, pero necesitan ayuda para dejar atrás los escombros y el miedo. Ayúdalas a encontrar un lugar seguro.

Tasnim huyó al Líbano y se instaló en el campo de refugiados de Burj al-Barajneh. La noche del 28 de septiembre, otra advertencia de evacuación rompió su frágil paz. Burj al-Barajneh iba a ser el siguiente. Una vez más, Tasnim y su familia huyeron, pero no había ningún lugar seguro. Su nuevo refugio fue atacado. Ayúdalos a mantener con vida a su familia.

La madre de Mohammad huyó de la guerra una vez, pero volvió a enfrentarse a ella con sus hijos a cuestas. Ahora que el alquiler está fuera de su alcance, se enfrentan a la terrible realidad de perder su hogar. Si no pueden pagar los 100 dólares adicionales, se verán obligados a vivir en la calle. Por favor, ayuda a esta familia a conservar el último resquicio de seguridad que les queda.

Mi esposa y yo estamos esperando un hijo. Parecía un sueño. Ahora, mientras la guerra devasta Beirut, ese sueño se ha convertido en una pesadilla. El hospital pide 400 dólares, una suma que ni siquiera podemos empezar a reunir. Sin esa cantidad, tendrá que dar a luz en casa, y el riesgo me aterroriza.

La oscuridad de la casa de Ghazilla se llena de los inquietantes sonidos de la guerra. Sin electricidad y con el alquiler cada vez más alto, no pueden regresar a Siria, sólo les queda soportar la guerra en el Líbano. Lo único que Ghazilla pide es ayuda para conseguir un techo donde cobijarse y ofrecer a sus hijos la seguridad y la estabilidad que merecen.

"Me llamo Omar y tengo 17 años. Mi vida se ha visto profundamente afectada por la guerra. Debido a mi nacionalidad, no puedo asistir a la escuela pública aquí. Quiero dedicar mi vida a ayudar a niños como yo que enfrentan dificultades y necesitan esperanza como médico. Pero para lograrlo, necesito tu ayuda para continuar mi educación.”

Soy palestina, siempre en busca de seguridad y paz. Ahora la guerra también ha llegado al país de mi marido. Siento que la paz, lo que siempre he buscado, sigue estando fuera de nuestro alcance. Por favor, necesitamos ayuda; sin ella, no sobreviviremos.